La discriminación en el empleo y la ocupación tiene muchas formas y ocurre en todo contexto laboral. Implica un trato diferente determinado por ciertas características personales o grupales, tales como pertenencia étnica, edad o sexo, y genera un deterioro en la igualdad de oportunidades y trato.
La discriminación:
- Produce y fortalece las desigualdades.
- Limita la libertad de las personas para desarrollar sus capacidades y escoger y realizar sus aspiraciones profesionales y personales.
- Limita el desarrollo de la profesionalidad y competencia.
- Dificulta el sentimiento de gratificación por el trabajo realizado, generando humillación, frustración e impotencia.
- La eliminación de la discriminación en el trabajo es fundamental para la justicia social y es parte indispensable de cualquier estrategia viable para reducir la pobreza y promover el desarrollo económico sostenible.
Los empleadores deben plantearse cómo prevenir las situaciones de discriminación que pudieran producirse por cualquier motivo y tomar las medidas adecuadas para superar las existentes.
Una medida elemental para evitar la discriminación es la selección del personal a partir de criterios objetivos – aptitudes, competencias, capacitación, experiencia, motivación, creatividad, entre otros –, no con base en cuestiones subjetivas – tales como sexo, edad, origen, situación social y estado civil. Es necesario, sin embargo, hacer una precisión: se pueden tomar medidas de acción afirmativa que prioricen esas cuestiones subjetivas para la selección del personal – a partir de la constatación de que al hacerlo se generarán circunstancias de menor incidencia de trato discriminatorio –, siempre que no sean consideradas por encima de los requerimientos específicos del cargo/puesto.
Ejemplo: el empoderamiento de las mujeres
Los empleadores pueden aplicar siete pasos para eliminar la discriminación de género en el ámbito laboral:
- Promover la igualdad de género desde la dirección al más alto nivel.
- Tratar a todos los hombres y mujeres de forma equitativa en el trabajo – respetar y defender los derechos humanos y la no discriminación.
- Velar por la salud, la seguridad y el bienestar de todos las personas trabajadoras.
- Promover la educación, la formación y el desarrollo profesional de las mujeres.
- En el caso de las empresas, llevar a cabo prácticas de desarrollo empresarial, cadena de suministro y marketing a favor del empoderamiento de las mujeres.
- Promover la igualdad mediante iniciativas comunitarias y de cabildeo.
- Evaluar y difundir los progresos realizados a favor de la igualdad de género.