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Trabajo decente

Al iniciar este módulo reflexionamos sobre qué pensábamos que era un trabajo decente.

El trabajo está en el centro de las aspiraciones de las personas pues constituye el medio para obtener su sustento, el mejoramiento de la calidad de sus vidas y su realización personal.
Este es un concepto que resalta la importancia de que los hombres y las mujeres tengan oportunidades de un trabajo que sea productivo y que les genere un ingreso que les permita vivir con dignidad.
Un requisito indispensable para que se considere que un trabajo es decente es el respeto a lo que se conoce como los Principios y Derechos Fundamentales en el Trabajo.

Éstos son los siguientes:
• La libertad de asociación, la libertad sindical y el derecho a la negociación colectiva.
• La abolición del trabajo forzoso.
• La erradicación del trabajo infantil.
• La eliminación de toda forma de discriminación en materia de empleo y ocupación.

El respeto a esos derechos se expresa, por ejemplo, en que: 
• Tanto las personas trabajadoras como los empleadores tengan derecho a organizarse para defender sus intereses y a dialogar.
• Ninguna persona sea forzada a trabajar contra su voluntad.
• Los niños, las niñas y las personas adolescentes no sean víctimas de explotación laboral y que tengan oportunidad de ir a la escuela para así tener un futuro mejor.
• Si un hombre y una mujer realizan trabajos de igual valor se les pague también igual
salario.
• En el lugar de trabajo ninguna persona sea discriminada porque es mujer u hombre, porque tiene una discapacidad, porque es muy joven o mayor, o bien porque pertenece a otro grupo étnico, como por ejemplo ser indígena o afrodescendiente.
• El trabajo decente significa que las personas trabajadoras cuenten con protección
social que también incluya a sus familias. Esto tiene que ver con el acceso a seguros de salud y a pensiones dignas al momento de la jubilación o en el caso de que adquieran discapacidades por accidentes en el lugar de trabajo.
• Finalmente, el trabajo decente implica que la gente tenga mejores perspectivas de desarrollo e integración a la sociedad y que cuente con libertad para expresar opiniones, organizarse, dialogar y participar en la toma de decisiones que afectan sus vidas. Todo esto, con igualdad de oportunidad y de trato para las mujeres y para los hombres.

En resumen podemos decir que: tener un trabajo decente significa contar con un trabajo de calidad, que por lo menos incluya: la capacitación en el trabajo, salud ocupacional, seguridad laboral, la conciliación del trabajo con la vida personal y familiar, la ética en el trabajo (no trabajo forzoso ni trabajo infantil), la igualdad entre hombres y mujeres y la no discriminación, y el diálogo social y la participación de las personas trabajadoras. Es decir, para que un trabajo sea considerado decente, debe ser:

1. Productivo.
2. Justamente remunerado.
3. Realizado en condiciones de libertad. equidad y seguridad.
4. Realizado con respeto a la dignidad humana.

En caso de no cumplirse con estos requisitos, las personas trabajadoras tienen derecho de contar con garantías judiciales para poder reclamarlos.
Para finalizar podríamos agregar que el trabajo decente también incluye el respeto irrestricto a los derechos colectivos de las personas trabajadoras, tales como la libertad de asociación; autonomía y democracia sindical; el derecho de huelga y de contratación colectiva.

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