El creciente impulso hacia la consecución de un nuevo derecho internacional es el resultado del reconocimiento generalizado de los peligros éticos, jurídicos y humanitarios que plantea la autonomía de los sistemas de armas y de la claridad sobre la solución que necesitamos. Ha llegado la oportunidad de los Estados para iniciar negociaciones sobre un nuevo tratado que transforme nuestra relación con la tecnología, establezca nuevas normas sobre el uso de la fuerza y promueva un mundo más pacífico para las generaciones venideras.

Aunque algunos Estados se han mostrado hasta ahora reacios a adoptar una nueva ley, un nuevo tratado modificaría las normas internacionales sobre el uso de la autonomía en los sistemas de armamento, incluso en Estados que podrían resistirse a adherirse a un tratado desde el principio. Ante la incertidumbre que rodea y la inestabilidad de la seguridad internacional, un marco jurídico internacional basado en principios proporcionaría la durabilidad y la certidumbre necesarias en torno al uso de la autonomía en los sistemas de armas para superar el riesgo de su proliferación y uso generalizados en todo el mundo.

Para que el proceso de establecimiento de un nuevo tratado sea un éxito, debe ser receptivo a las lecciones extraídas de tratados anteriores en materia de desarme y control de armas, receptivo a las complejidades particulares de la autonomía de los sistemas de armas, integrador de diversas partes interesadas con experiencia en la materia y ambicioso en la salvaguarda de los derechos y la dignidad de la humanidad. Este documento pretende animar a los líderes gubernamentales y a los socios comprometidos en la negociación de un tratado exitoso.